6.8.17

Instrucciones para habitar A

Habitar el principio es necesario. Reiniciar en un punto del camino. La pausa. El respiro. El silencio que separa los sonidos para que existan. Recuerde.
Todo mundo necesita un hábitat de emergencia. Una ciudad de paso donde descansar la maraña y el olvido. Un sitio donde ser otro. Ser otra vez. Volver a sonar como ánfora nueva. Eco del primer sonido.
Indispensable llegar con ojos claros. Deshabitado. Caer poco a poco en lo desconocido, acotar el terreno como si se fuera a dejar el secreto enseguida. Ser lo que es. Saber que no podría ser de otra manera.
Venga a esta ciudad sin saber cómo. Sólo ha sabido de pasos. De uno tras otro. De elegir cada vez si derecha o izquierda, si arriba o abajo. Venga para estar aquí hoy. Para escribir que vino a esta ciudad sin saber cómo. Y seguir sin saber.
Llegue al principio. En la orilla imagine el resto. Sepa que hay otra parte desconocida, pero no le tema. Prepare la estrategia detallada, trace mapas aún sin la certeza del perímetro.
Para habitar A, construya el aire con fragmentos, amárrelos con lazos de lo intangible. Dibuje la utopía detallada y hágala materia. Levante el eje de una casa. Corte madera a la medida, péguela a su estructura. Clave cada extremo a la otra pieza. Hágala sostenerse por sí sola.
Venga a escribir este paisaje. A la ciudad sin nombre a ensayar imposibles existencias. A conocer letras en palimpsesto y descifrarlas para esta historia. Venga a conocerla, desconocido eterno, a acortar distancias como si fuera posible, a explorar la ciudad interior para saber si de verdad es suya.
Abra la puerta y habite la única casa. Fuera de estas paredes sepa lo desconocido. Vea hacia adentro en cada espacio. El abismo. Escriba como si fuera a inventarse en cada letra. Descífrese en cada trazo. Conozca cada rincón de A para saber su procedencia.
Llegue como el primer día. A nombrar el entorno y darle vida. Venga ya deshabitado de sí mismo. A habitar lo que sea que se encuentre.
Imagine que llega desde lejos. Que encuentra el lugar que alguien ha construído, ciudad extranjera en el paisaje. Que lo toma como suyo. Que hoy habita la palabra y que es su primer significado.
Recorra con cuidado cada surco. Haga de su espacio su entorno cotidiano. Adapte sus recuerdos a este sitio. Múdese por completo hoy a esta estancia.
Pero sobre todo, recuerde: habitar el principio es necesario.


[Poema del libro Ciudad A (Tierra Adentro, 2012), de Paty Blake]


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