30.10.17

L u z

Aprendiendo a sentir, podría titularse este día. Instantes hondos detienen el tiempo. Estoy ansiosa con todo y cuerpo. Soy una aprendiz en esta dimensión. Soy un fragmento sin edad pero inmenso, infinito. No sé lo que se siente ser luz, lo que se siente ser piel, lo que es estar en ambos mundos a la vez. Solo imagino. Mis caminos anteriores ya no resuelven nada en este nuevo lugar. Y al parecer aquí el verbo resolver no tiene sentido. Desde el principio todo está resuelto. Todo es. Yo soy también.
R e s p i r o .

29.10.17

Todo inicia y termina con una pregunta


Todo inicia y termina con una pregunta. Wong Kar Wai tiene varias para mí esta noche de letras y silencio. Me doy cuenta que he recuperado el gusto por las noches, tal vez porque es mi tiempo más claro para escribir. Que también mi vena cursi ha resucitado un poco (para bien, para mal o como característica). No sé si esperar a que el resto de mí resucite o mejor lo reinvento antes.
Esto de las nuevas vidas como que antes no se me daba. Ahora la curiosidad me mueve. Me llama dormir al igual que me llama la vida. Oscilo entre el sueño y una energía muy viva que me cansa el cuerpo y las emociones. Las palabras me resuenan como si tuvieran eco al ser nombradas o pensadas. Siento al instante los desequilibrios y me he dado cuenta que descompongo aparatos eléctricos cuando tomo malas decisiones (llamémoslas decisiones tipo Juego de la Oca, para no calificarlas). Me gusta más caminar y he recordado que me encanta encontrar personas con quienes conversar. Me encanta preguntar y contestar (tanto, que hace años pensé que esa sería mi profesión; tanto, que hace 10 años elegí otra profesión relacionada con preguntar.) Amo conversar y encontrar con quien hacerlo. Soy conversadora profesional, no lo tenía en cuenta, o la prisa fue ocupando el lugar de las palabras. Eso.
Cuando me estanco, los brazos se me entumen. Mi cuerpo me habla y en estos días estoy recordando responderle como lo haría con mi mejor amiga. Procuro acompañarme de música y redescubro canciones y géneros que me conectan. Curiosamente ahora no me interesa mucho el cine y sus historias, pero varias escenas de Wong Kar Wai me rondan obsesivamente. Se mezclan con Simic y sus poemas que llevo en mi mochila y me automedico, que releo bajito cada que me atropello por costumbre. Y las palabras escritas esas están siempre. Están las coincidencias y el flujo que me lleva a salvo, tan agua; que me regresa a mi lugar de origen, tan tierra.
Todo este debraye, para contestar la pregunta que no me he formulado tras recordar Chungking Express. Tal vez la respuesta esté en alguna escena de lluvia de In the mood for love. O en sus personajes que fuman de forma tan bella y en sus silencios.
Todo esto como parte de una pregunta loca que tal vez no sea dicha. Como sea, será perfecto; ya es perfecto. Agradezco especialmente cada coincidencia. En verdad cada presencia es valiosa, cada día. Desde hace tiempo este viaje es sagrado.
No tengo mi pregunta, pero sí la tuya: ¿también te llama el precipicio?

28.10.17

Café a las ocho de la noche

De escribir. De iniciar el año. De tomar la mochila e iniciar este camino. De respirar bosque lluvioso. De crearlo con letras pero también de viajarlo con el cuerpo. De ver que sale el sol sin haber dormido. De que la novedad se convierta en plática y en presencia. De convertir esa canción en realidad. Esa emoción en realidad. De tener mi trinchera de libros. De tener mi trinchera de tiempo para leer esos libros. Detener mi trinchera de tiempo para leerme y leer a las personas. De ser mi canción desde principio al fin. De que llueva y huela a tierra mojada. De materializar aquel cuarto blanco con vista a un lago, el que me salvó en el otro naufragio. De encontrar las frases enredadas en mi garganta. De saber que todavía es tiempo.
Me encontré hoy en el elevador con una que soy yo. Quise decirle más cosas, pero sólo sentí su alegría inmensa y vi su vestido. Le pregunté si iba a una fiesta. Le pregunté eso por sacarle plática, porque sabía exactamente a dónde iba. Sonrió y me dijo que sí. Te ves muy bonita, le dije. Sólo sonrió. Sé bien cómo se siente esa sonrisa, esa prisa por que se abra la puerta. Respiré profundo. No siempre sucede que las líneas se cruzan. Sólo a veces se abren paréntesis en el tiempo.
Desde ese momento cierro los ojos y vuelvo a ver la lluvia. Y huele a bosque y a tierra mojada. Y el verde no termina alrededor. Pensar que siguen existiendo bosques en el mundo y que no estoy en ellos ahora mismo. Pero de alguna forma ese paréntesis también es puente y pasadizo. Y cierro los ojos y sí. Dice google que parpadeamos de 15 a 20 veces por minuto.

27.10.17

pure love

agradecida y de colores. mi corazón está de fiesta en cada sesión de terapia. algo hice muy bien en esta o en otras vidas para ser testigo de la magia. cada vez me nacen nuevos ojos y se me refrescan, se me aclaran. respiro hondo y me queda la sonrisilla.

23.10.17

La llamada

Como la llamada: por caminos desconocidos con algo como una lámpara en la mano; el cabello conectado a las estrellas. Descubro a veces algo y a veces nada en cada paso. Olvido una parte por costumbre, para tener que inventar nuevas historias. La otra mitad de las cosas seguro la reconocerán estas pisadas que saben más de caminos que lo que soy capaz de sostener entre los brazos. 
Confiar es mi lámpara esta noche.

5.10.17

en tiempo real

no sé por dónde empezar.  ahora sí que la vida me llevó al borde y me dejó sin equipo justo en el punto donde tenía preparados varios hacks, pero en la mochila. es como cuando estudiaste para un examen y te sientes preparado, pero llegas y justo las preguntas son relacionadas con el punto ciego, con la hoja que no repasaste. como cuando la cabeza se queda en blanco ante las preguntas, como cuando la lámpara se queda sin pila en la noche de búsqueda de tesoro en el campamento.
en blanco. o en negro. en un solo color.
intuición, improvisación, instinto, entraña, garra. todo eso, sin previo ensayo, sin toma dos ni toma tres. la vida está sucediendo en tiempo real. yo, improvisación en toda la extensión de la palabra. la intuición toma las llaves de este carro, por primera vez desde hace vidas.